A las diez menos cuarto aproximadamente comenzó, con retraso, como cualquier acontecimiento que se precie, el congreso destinado a desentramar el nuevo panorama periodístico. Jesús Flores Vivar, director de dicho congreso, tuvo el honor, junto con el presidente de éste, Mariano Cebrián, otros profesores de la Universidad Complutense, y Manuel Gimeno, de la Fundación Una vez inaugurado el congreso fue el turno de uno de los mejores periodistas especializados en periodismo en la red: Francis Pisani. En su conferencia, “El estado de los blos periodísticos en la web 2.0.” el periodista colaborador de El País y Le Monde, ofreció de forma clara y representativa su visión acerca de este fenómeno. Pisani, además de ser experto en el tema, tiene su propio blog en internet a través del cual analiza día a día la actualidad.
Para el periodista francés, es preciso, antes de cualquier cosa, utilizar la palabra “blogalaxia” en lugar, de “blogosferea”, para referirnos a este nuevo espacio en la red, ya que no es ni organizado, ni compacto, sino un enorme caos que es preciso coordinar o estructurar en cierta medida. El periodista se sirve de otra metáfora cuando describe a esta “blogalaxia” como un ice-berg, en el que el blog es su cima, el sustento de esta nueva forma de hacer periodismo que por primera vez da la posibilidad al lector de interactuar con el propio periodista. Esta plataforma ya no solo permite leer, sino que los usuarios pueden participar hasta el grado de generar parte del contenido disponible en la red.Por último, Pisani establece una nueva comparación, que quizá sea la más interesante de las planteadas en su intervención. El periodista nos presenta el fenómeno blog como un pez piloto, encargado de guiar a los grandes tiburones a través del oscuro océano, es decir, de ayudar a los medios tradicionales a adaptarse a los nuevos tiempo y no verse gravemente perjudicados por las preferencias de la audiencia. De esta manera, el objetivo de la blogalaxia será el de unificar estas dos vertientes, la tradicional y la nueva, para crear un nuevo tipo de periodismo, no menos válido que el anterior, sino quizás uno más libre y para todos.
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